Resumen:
De los granos básicos, el trigo ocupa el tercer lugar en importancia dentro de la dieta de los mexicanos, después del maíz y el frijol.
Este cereal se produce en dos modalidades, bajo riego en el invierno y bajo temporal en el verano. En condiciones de riego, se cultivan las variedades de trigo harinero (Triticum aestivum L.) y cristalino (Triticum durum L.). El grano del primero se emplea en la industria harinera para la elaboración principalmente de pan; el cual, es un alimento básico que forma parte de una dieta rica en fibra, carbohidratos y energía para la población, sin excluir el uso de la harina en la producción de tortillas, galletas y repostería. El segundo se emplea en la elaboración de sémola, materia prima utilizada en la fabricación de pastas: espagueti, macarrones, fideos, entre otros. Bajo condiciones de temporal, predomina la producción de trigos harineros en las zonas productoras.
Las variedades de trigo liberadas por el INIFAP, tanto harineras como cristalinas, se evalúan y validan en la mayoría de los ambientes de producción existentes en México. A la par de este proceso, el Instituto genera un paquete tecnológico, para que el material mejorado exprese el mayor potencial y los productores alcancen las máximas utilidades por el alto rendimiento y el menor costo. Estas variedades presentan diversos atributos, que superan a las variedades sembradas por los agricultores. Dentro de ellos destacan: la mejor respuesta a la presencia de nuevas razas fisiológicas de royas de la hoja (Puccinia triticina) y amarilla (Puccinia striiformis f. sp. tritici W), que son los hongos que continuamente evolucionan y vencen la resistencia de las variedades comerciales; mejor respuesta a los posibles efectos del cambio climático, como tolerancia a las altas temperaturas, uso eficiente del agua y tolerancia a otros factores abióticos.
Por otro lado, todos los materiales de trigo generados por el INIFAP cumplen y mantienen los estándares de calidad que la industria requiere. Para los trigos harineros, las variedades son de gluten fuerte, medio y suave, cada una con los requerimientos demandados por los industriales. Para los trigos cristalinos se generan variedades con la calidad requerida por el mercado nacional e internacional, éste último para su exportación.