Resumen:
El bambú se ha utilizado desde tiempos prehispánicos en diferentes estados de la república (Ruiz-Sánchez, 2019). Esta planta tiene múltiples usos tales como, la elaboración de muebles, utensilios de cocina, artesanías, material de construcción, alimento, generación de carbón entre otras (Cedeño y Irigoyen, 2011). La calidad de la madera de este recurso natural renovable de rápido crecimiento convierte al bambú en una especie promisoria de alto valor ecológico, económico y social (Clark et al., 2015).
En México existen bambúes herbáceos y leñosos (Ruiz-Sánchez et al., 2015). Los bambúes leñosos de rizomas paquiformos mantienen un comportamiento de crecimiento muy particular, ya que los tallos forman un conjunto o macollos conforme los rizomas van emergiendo. Esto significa que de un tallo de la planta inicial o mejor conocido como chusquín madre, genera brotes más gruesos que el progenitor.
En México, sigue creciendo el interés en el establecimiento de plantaciones forestales comerciales de bambú con poco más de 1200 ha establecidas en la República Mexicana. De las especies más utilizadas y explotadas a nivel comercial destacan algunas especies exóticas y nativas de los géneros Guadua, Bambusa y Otatea. Sin embargo, dentro del manejo silvícola del bambú no existen tecnologías innovadoras para evaluar parámetros dendrométicos en plantaciones. Actualmente, en algunas plantaciones, se realizan monitoreos de la dinámica de crecimiento cada una de las cepas o macollos, de parámetros, como diámetro, alturas, número de tallos, volumen, condición, etc. Sin embargo, se tienen varias limitantes, por lo que, este trabajo se puede realizar de manera más eficiente y efectiva mediante la incorporación de un sistema de información geográfico. Con base en el cual se puede llevar una administración más eficiente (Otaya et al., 2006; Goodchild y Haining, 2005) de cada una de las cepas de bambú leñoso en una plantación. De esta manera, se facilita el inventario y el monitoreo de la plantación reduciendo el tiempo y los recursos del trabajo. Esto se basa en la generación de planos georreferenciados de cada una de las cepas que conforman la plantación, con lo que se puede definir y orientar estrategias de manejo (Mena et al., 2006).
Para definir planos georreferenciados de las plantaciones, una de las alternativas es el uso de imágenes de satélite, las cuales son una herramienta útil que ayuda a la visualización aérea de las plantaciones como por ejemplo las imágenes Lansat o MODIS. Sin embargo, estas tienen una resolución baja y pierden nitidez cuando se quiere trabajar a nivel de cepas individuales (Koh y Wich, 2012). Esto es importante ya que el objetivo es identificar cepas individuales y de diferentes especies para relacionarlos con sus datos particulares, dentro de una plantación específica. Por otra parte, las imágenes satelitales de alta resolución como QuickBird o IKONOS implican un costo (Koh y Wich, 2012). No obstante, existen alternativas que, incluso, ofrecen una mejor visualización de las plantaciones, como lo es la generación de imágenes aéreas con base en la tecnología DRON (González et al., 2016; González et al., 2004). En los últimos años la utilización de estas imágenes ha dado paso a nuevas oportunidades para la toma de datos en diversos campos de estudios científicos, como la evaluación monitoreo de actividades forestales y la silvicultura (Tang y Shao, 2015). Ya que con estas imágenes es posible representar de manera digital las plantaciones en diferentes ángulos, con una operatividad accesible y versátil (Checa et al., 2017). Además de que permiten volver, de manera virtual, al sitio cuantas veces sean necesarias, e incluso permiten tener un archivo histórico de los cambios que va teniendo la plantación con el paso del tiempo.
Con el propósito de conjuntar lo anterior, este trabajo describe una metodología para la georreferenciación de cepas dentro de una plantación de bambú y su integración con sus parámetros dendrométricos dentro de un sistema de información geográfico.